PALABRAS DEL PRESIDENTE NESTOR KIRCHNER,
EN EL ACTO DE REAPERTURA DE LOS
ASTILLEROS MINISTRO MANUEL DOMECQ GARCIA
02 de setiembre de 2004
Señores ministros del Poder Ejecutivo Nacional; señor jefe del Estado Mayor General de la Armada; señor jefe del Estado Mayor Conjunto; señores jefes de los Estados Mayores del Ejército y la Fuerza Aérea; autoridades nacionales; señores legisladores; señores miembros del Cuerpo Diplomático; personal militar y civil de la Armada Argentina; representantes gremiales; representantes de distintas organizaciones sociales y populares presentes; señoras, señores; amigos y amigas: venimos para concretar la reapertura de los Astilleros Domecq García. Venimos a producir un nuevo avance en la reparación del desguace a que fueron sometidos el Estado y la Nación. La paralización de estos Astilleros constituyó una prueba de que hubo un verdadero desguace del Estado y sus herramientas, tanto para crear como para controlar. Hubo también un verdadero desguace de la producción, del empleo, de la industria nacional incluida la industria naval y la Marina Mercante Argentina, a la que le arrancaron de los navíos hasta el pabellón nacional. La infraestructura de estos Astilleros, es una de las más grandes y mejores de Sudamérica y aquí estaban vaciadas sus dos naves principales y las 11 menores, paralizados sus puentes grúas, muertas su dos vías de 200 metros de acceso padeciendo el desprecio de un modelo que ignoró los intereses de la Patria y excluyó a los trabajadores que son la vida misma de la Nación.
En el contexto de la recuperación productiva e industrial que este gobierno impulsa, nos hemos propuesto con el Ministerio de Defensa, la recuperación de la industria naval y metalmecánica, y en este marco se encuadra la de estas instalaciones que hoy relanzamos.
Después de 10 años de inactividad comenzamos a restaurar este lugar que tiene capacidad estratégica de alta complejidad. Sabemos que el último submarino que se reparó en estos Astilleros antes de su cierre fue el Ara Salta y es el Ara Salta también, el primero que se trabajará generando durante 6 meses 200 puestos de trabajo directos y 600 indirectos.
A partir del año próximo ya está previsto que el submarino Aras San Juan entre en reparación, lo que a su vez generará 200 puestos de empleo directo y más de 1.000 indirectos durante 2 años. Nuestros submarinos esperaban desde hace más de una década ser reparados aquí. También los argentinos esperábamos que llegara la hora de empezar a reparar el tejido social, porque de eso se trata. La misión que nos hemos impuesto en el Gobierno Nacional, reparar daños, restañar heridas, movilizar capacidades, motivar, reactivar, reconvertir, para poder crear las condiciones productivas, industriales y de inversión que den trabajo genuino, inclusión social y una justa distribución de la riqueza a los argentinos que fueron despojados de sus derechos sociales más elementales.
Los trabajadores de los Astilleros saben lo que cuesta volver a empezar, ya que pusieron sus fuerzas para que no se cerraran. Todos debemos tener presente cuánto esfuerzo fue necesario para que se pudieran reabrir. La determinación de retomar la línea de bandera, de defender la industria naval, de reabrir los Astilleros, son pasos en la transición hacia una Argentina que nos permita vivir a todos en dignidad, justicia y paz. Son sólo los primeros pasos pero son pasos que debemos dar en el rumbo que nos fijamos, sabiendo que todavía habrá muchos obstáculos para vencer. Sé que para ustedes, hermanos trabajadores, la reapertura y reactivación del Domecq García y de Río Santiago, es una gran alegría después de mucho dolor..
Para nosotros es una inmensa alegría también y trabajamos para poder atenuar el dolor en todas las áreas y sectores laborales, productivos e industriales. Las oportunidades existen y las queremos tomar a manos llenas. Hay más de 200 submarinos en el mundo y cientos de buques en América latina buscando un lugar apropiado para ser reparados. Nosotros, vamos a seguir trabajando para que ese lugar en el mundo sea la Argentina. Lo vamos a hacer con Venezuela, Brasil y con otros países también.
De la misma forma, hay cientos de inversiones productivas que buscan un lugar apropiado para instalarse y crecer. Nosotros vamos a seguir creando las condiciones para que Argentina sea ese lugar con identidad, dignidad pero también con un amplio proyecto de integración regional. Los tiempos de la recuperación nacional serán largos, pero si desde el Estado y el Gobierno trabajamos duro y bien y somos capaces de aunar la voluntad estatal, la vocación privada empresarial, la enorme fe de los argentinos en nuestras propias fuerzas, iremos saliendo hasta dejar la crisis atrás. Del Estado nos quedaron ruinas y astillas, nada más, pero sobre esas astillas tenemos el deber patriótico de reconstruir, de volver a creer, de volver a soñar, en definitiva, de volver a amar lo que hacemos, de creer en nosotros mismos. Hoy recuperamos nuestros Astilleros y sobre las ruinas del Estado recuperaremos también el trabajo, la seguridad, la justicia y la equidad.
Son muchas las dificultades que deberemos vencer. No se crea nadie que la recuperación será lineal, pero esa recuperación será imposible de detener si valoramos el día a día, el paso a paso, si revalorizamos la tarea cotidiana como el camino práctico para volver realidad los sueños, en la base misma de la crisis que nos ha tocado sufrir y que denodadamente intentamos superar paso a paso, una profunda crisis moral; dejamos de creer en nosotros, dejamos de creer en lo argentino, se instaló una cultura de carencias, nos hicieron perder la autoestima que hoy los argentinos debemos recuperar para recuperar la Patria.
En la base de nuestra recuperación tiene que estar la revalorización del espíritu pionero, el respeto por el otro, el rescate del valor ético de lo cotidiano del trabajo del día a día, sin aflojar en el esfuerzo. Así como somos capaces de producir un fuerte y sostenido incremento de la calidad institucional, debemos concretar un fuerte incremento de la capacidad de trabajo y de la productividad de nuestras industrias.
Les agradezco esta oportunidad que me han brindado para hacer en voz alta estas reflexiones, serán muchos los esfuerzos que hay que hacer, no son tiempos fáciles. Están los que actúan todos los días para que nada cambie y están aquellos que queriendo que cambie todo, supuestamente de un día para otro son aliados invisibles de los que quieren que nada cambie.
Invito al pueblo argentino (aplausos), por arriba de cualquier cuestión partidaria, enarbolando nuevamente como en los grandes tiempos de la Patria, los símbolos de la bandera y los símbolos de la argentinidad en la reconstrucción de la Patria, para hallar una síntesis que nos encuentre en la construcción de un Estado Nacional que se va recuperando y va garantizando el equilibrio, la justicia y la equidad en la Argentina. Un Estado Nacional que promueva también, en síntesis, fuertemente las inversiones privadas que ayuden a la construcción de un Estado argentino digno.
Les pido a todos los argentinos, que tengamos fe en nuestra propia cultura, durante muchos años nos acostumbraron a que todo lo peor era lo argentino, si estaba hecho en la Argentina era malo, si lo hacían manos argentinos era de mala calidad, si lo producíamos los argentinos no servía para nada, nos acostumbraron a desprestigiar lo nuestro. Dios quiera que ahora por la experiencia sufrida, podamos volver a valorar la autoestima de las manos de los trabajadores argentinos y el capital del Estado nacional para reconstruir nuestra Argentina.
Muchísimas gracias por este acompañamiento señor jefe de la Armada Argentina, así entre todos vamos a volver a reconstruir una Nación, instituciones y pueblo. Dios quiera que estemos y logremos las metas que los argentinos queremos. Este Gobierno va a poner con absoluta generosidad todo su esfuerzo, con gran capacidad de autocrítica, pero con una voluntad indeclinable e irrenunciable de volver a construir la Nación que soñaron nuestros próceres y nuestros patriotas.
Muchísimas gracias
PRESIDENTE NESTOR KIRCHNER