Publicado ABC Color
02 Julho 2011
El Gobierno del Brasil expresó preocupación por la suerte de colonos de origen brasileño radicados en nuestro país. Las invasiones ocurridas en la última semana en la zona de Ñacunday así como la nueva amenaza a la propiedad de la familia Rikly motivaron el contacto diplomático.
El Gobierno brasileño expresó su preocupación al presidente Fernando Lugo por las invasiones violentas de tierras que ocurren en Ñacunday, departamento de Alto Paraná, señalaron fuentes diplomáticas.
Las ocupaciones afectan propiedades de colonos de origen brasileño.
Un vocero del Gobierno del vecino país pidió a la Cancillería nacional y a Lugo garantizar la seguridad de los propietarios y los bienes de los brasileños legalmente constituidos en la zona, que traen progreso y trabajo.
A los brasileños les llamó poderosamente la atención la providencia judicial, emanada el pasado lunes 27 de junio del juzgado de Hugolino Bogado, quien dispuso la “prohibición de no innovar, en el sentido de que los recurrentes no sean perturbados en el asentamiento donde están viviendo en las distintas calles que cruzan el distrito de Ñacunday”.
Según fuentes del Gobierno, el Jefe de Estado prometió intervenir en el conflicto respetando siempre la independencia de los poderes del Estado.
Según el ministro del Interior, Federico Acuña, se dieron precisas instrucciones a los efectivos policiales para evitar desalojos que pudieran generar violencia, pero indicó que las órdenes judiciales serán cumplidas.
Nuevas ocupaciones
Campesinos de San Pedro, apoyados por el parlamentario Sixto Pereira y el gobernador José “Pakova” Ledesma, ocuparon propiedades privadas en la zona de Ñacunday. En el sitio prohíben el ingreso de los colonos brasileños a sus propiedades así como las tareas de cosecha.
En el camino de acceso a las fincas instalaron barreras, allí controlan documentos de identidad, impidiendo el acceso de personas que no cuentan con autorización de los dirigentes.
A esto se suman las nuevas amenazas que sufre la familia Rikly, de origen brasileño, que luego de 12 años de litigio con el Estado paraguayo logró recuperar sus tierras.
El Brasil está preocupado por el deterioro de la situación y el tema fue inclusive tratado en la reciente visita de la presidenta Dilma Rousseff a Asunción.